lunes, 29 de marzo de 2010
Mortandad de peces en Durazno: lo que el agua se llevó
Día Mundial del Agua - 22 de marzo
El día 15 de febrero, luego de intensas lluvias e inundaciones sobre el río Yí, se constató una cantidad importante de peces muertos en la zona costera del río en las cercanías de la ciudad de Durazno. Esta mortandad afectó a una diversidad de especies, a individuos jóvenes y adultos y tanto a especies de fondo como otras que habitan en la columna de agua.
Después de conocerse este hecho, las autoridades del Centro Coordinador de Emergencias Durazno (CECOED) “solicitaron a los vecinos de Durazno que se abstuvieran de consumir peces hasta no se confirmase su estado sanitario, a través de análisis solicitados al Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) OSE y técnicos de la Intendencia de Durazno”.
Las causas divulgadas por esos días en diferentes medios de prensa tanto escrita como televisiva fueron atribuidas a distintas razones:
- la crecida del río pudo haber ingresado a zonas fumigadas o estimuladas con agrotóxicos, y provocó un arrastre de productos químicos que afectó el ecosistema habitual. Otra de las opciones estuvo relacionada con variación muy fuerte de temperatura o la falta de oxígeno debido a la floración de algas.
- otras razones manejadas fueron la salinidad en el agua, remoción de sedimentos en los lechos del río a partir de que los cauces se desbordaron, o remoción de microorganismos que saturaron la columna de agua y le quitaron el oxígeno a los peces.
Cualquiera de estas razones debió esperar los resultados de los análisis realizados por los organismos competentes.
El miércoles 17 de febrero personal de la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos (DINARA) visitó el departamento de Durazno con el objetivo de observar las zonas del río Yí donde se habían encontrado los peces muertos. Durante la visita realizada al sitio de los hechos se pudo identificar 15 especies de organismos acuáticos en las zonas visitadas, de los 13 fueron peces y 2 moluscos: Vieja de Agua (Hypostomus spp.), Castañeta (Austroheros facetum), Sabalito (Cyphocharax voga), Bagre negro (Rhamdia quelen), Vieja de agua (Paraloricaria vetula), Tararira (Hoplias malabaricus), Mojarra (Astyanax spp.), Bagre amarillo (Pimelodus maculatus), Dientudo común (Oligosarcus sp.), Palometa o Piraña (Serrasalmus spp.), Pejerrey (Odontesthes bonariensis), Sábalo (Prochilodus lineatus), Bagre porteño (Parapimelodus valenciennis), Caracol de agua dulce (Pomacea canaliculata) y Almeja asiática (Corbicula fluminea).
En esta instancia las autoridades tomaron datos de temperatura y sólidos disueltos y realizaron un registro de las especies acuáticas recolectadas por las autoridades del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP). A su vez éstas hicieron entrega al personal de la DINARA de muestras de peces colectados vivos el día en que ocurrió la mortandad. Los ejemplares (10 individuos) habían sido acondicionados en bolsas plásticas y posteriormente congelados. Esas muestras fueron posteriormente remitidas al Instituto de Investigaciones Pesqueras, de la Facultad de Veterinaria (Área Acuicultura y Patología de Organismos Acuáticos).
El día 8 de marzo la DINARA da a conocer el informe técnico sobre la “Mortandad de Peces ocurrida en el río Yí”, descartando las hipótesis manejadas a través de los medios de comunicación al momento de ocurrida la mortandad.
Termina su informe diciendo que, “es razonable pensar que el suceso de mortandad ocurrido en el mes de febrero del corriente año en el río Yí se debió a causas ambientales cuyo desencadenante fueron las importantes precipitaciones ocurridas en el país.”
Resultados no tan claros como el agua
Es importante resaltar que este hecho ocurrió solo un día, el 15 de febrero. Sin embargo, las lluvias continuaron siendo intensas en los días posteriores, sin que murieran más peces.
Otro punto importante es que la mortandad no afectó a una sino a 15 especies acuáticas, de las cuales 13 fueron peces de distintos tamaños y dos de moluscos. La mortandad de una diversidad de especies y de ejemplares de distintas edades hace pensar que no es posible que todas hayan sido afectadas por “causas ambientales” puesto que ello implicaría que la naturaleza no cumplió con su rol de asegurar la supervivencia de al menos algunas de ellas. En el mejor de los casos, causas de ese tipo podrían haber afectado a una o dos especies, pero difícilmente a 15 especies distintas. Si este hecho fue puntual -como se afirma en el informe- todo hace pensar que alguna sustancia muy tóxica para organismos acuáticos fue derramada y arrastrada, provocando la mortandad de los peces.
En ese sentido, hay que resaltar que las muestras analizadas se realizaron en 10 ejemplares recolectados vivos y no en peces muertos. Es decir, que si los análisis se hubiesen realizado con peces recolectados en ambos estados (vivos y muertos), es posible que los resultados hubiesen sido distintos y se hubiese podido comparar unas muestras con otras. Pero no se hizo. Los técnicos que hicieron los análisis tuvieron que hacerlos a partir de las muestras de los 10 peces recolectados vivos por los funcionarios del MGAP y no tuvieron a su disposición la cantidad de muestras que hubieran sido necesarias para llegar a conclusiones definitivas.
Por otro lado, el informe de la DINARA no aporta información acerca de las especies a las que pertenecían los peces muertos analizados. Solo se dice que se analizaron 10 muestras. Es posible que todas fueran de la misma especie o tal vez no, pero lo cierto es que no se analizaron muestras de las 15 especies constatadas muertas, ya que solo se analizaron 10 muestras.
Santiguado, pero no creíble
Se ha constatado un hecho muy grave: miles, cientos, muchos peces, no queda clara la cantidad, murieron en un solo día, en condiciones meteorológicas que no fueron distintas a días anteriores o posteriores al hecho.
La explicación oficial, basada en el análisis de unas pocas muestras de peces vivos (10) y en ninguna de peces muertos, que no abarcó la totalidad de especies muertas (15) y que atribuye la mortandad a “causas ambientales”, resulta poco creíble. Más aún: tratándose de un río que abastece de agua potable a la población de una importante ciudad como Durazno, el hecho debería haber ameritado un estudio exhaustivo que despejara toda duda sobre lo ocurrido. Lamentablemente, no se hizo.
Parece poco aceptable que a casi un mes de acaecido un hecho de esta magnitud se dé como explicación que éste se debió a unas indefinidas “causas ambientales”. Por el contrario, todo hace pensar que alguna sustancia muy tóxica para organismos acuáticos fue derramada y arrastrada provocando la mortandad masiva de animales acuáticos.
Mortandades masivas de peces han estado ocurriendo desde hace varios años. En los casos en los que se ha comprobado su causa, ésta se ha vinculado agrotóxicos utilizados en la zona. Ver peces flotando panza arriba ha pasado a convertirse en un hecho corriente. ¿Es éste el nuevo espectáculo que nos debemos acostumbrar a observar, y a aceptar como respuesta que su mortandad se debió a “causas ambientales”?
RAPAL Uruguay
22 de marzo 2010
Desde hace meses
Desde hace varios meses, 30 familias del Mevir Minuano, un complejo de viviendas ubicado en el kilómetro 141 de ruta 1 en dirección a Montevideo, no pueden tomar ni usar agua por el alto grado de contaminación que ha sufrido el pozo que los abastece. Otra vez los vecinos recurrieron a LA REPUBLICA para realizar el reclamo.
Hasta ahora la voz de estas familias sigue sin ser atendida por los organismos oficiales, desde donde se les ha suministrado cloro para colocar al agua, que tiene un olor a materia fecal imposible de disimular, según contó Claudia Ferrer, una de las pobladoras del lugar.
La explotación de una cantera cercana, de la que se extrae material para la construcción de ruta 1, generó un movimiento de suelos que hizo filtrar las piletas de saneamiento al pozo de agua potable de 45 metros de profundidad que abastecía a la población. Para conseguir agua, los lugareños deben acarrearla de estancias de los alrededores o hacer 40 kilómetros para conseguirla en el poblado más cercano. "Vivíamos bien hasta que comenzaron las explosiones", comentan y señalan las partiduras y grietas recientes en paredes y pisos de las modestas viviendas. "Esto acá no estaba", remarcan. Ahora, el agua sale oscura, plena de coliformes fecales y con un fuerte olor.
Desde las autoridades del Movimiento de Erradicación de la Vivienda Rural Insablubre (Mevir) y desde OSE no se ha solucionado el tema. Simplemente se lleva hipoclorito para purificar el agua pero los vecinos dicen que en vez de agua contaminada terminan "usando cloro", lo cual no arregla las cosas
sábado, 27 de marzo de 2010
Mariscos a salvo gracias a uruguayo
Omar Defeo obtiene premio internacional Pew 2010 de Conservación Marina. Gana US$ 150.000 para mejorar el cuidado y la explotación de los recursos.
CARLOS TAPIA
Aunque a simple vista parezca un desorden, en el laboratorio del Licenciado Oceanográfico Omar Defeo, ganador del internacional Premio Pew 2010 de Conservación Marina, todo ocupa su justo lugar. Hay recipientes de variados tamaños y formas, que tras sus transparentes vidrios guardan sustancias tan disímiles como irreconocibles. Los placares están repletos de tubos de ensayo, embudos y decenas de cajas de cartón cuyos contenidos también son un misterio. El enorme microscopio que acapara gran parte de la amplia mesada delata que no se trata de un centro de investigaciones escolar y los numerosos afiches que decoran las paredes recuerdan que es el quinto piso de la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos (Dinara).
Si bien se suele detener para revelar lo que lleva dentro tal o cuál frasco, o mostrar alguna de las publicaciones que descansan sobre uno de sus escritorios, su voz revela timidez, todo lo contrario a su fallecido padre, el periodista de igual nombre que hizo historia en la televisión nacional. Pero aunque lo de Defeo hijo no es la comunicación, explica cada cosa con el mismo didáctico lenguaje con el que se debe dirigir a sus alumnos de Ecología de la Facultad de Ciencias y con el que se prestó a redactar el proyecto que lo llevó a ganar Pew.
El galardón, que este año obtuvieron dos australianos, un sueco, un inglés y el uruguayo Defeo, otorga US$ 150.000 a los mejores cinco proyectos dedicados al resguardo de los océanos, que son seleccionados entre los textos de unos 40 aspirantes. La organización existe desde 1996 y desde ese entonces premió a unos 115 investigadores. El trabajo del científico compatriota apunta a mejorar la conservación de los mariscos en América Latina.
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"Los recursos pesqueros están, a nivel mundial, al borde de su explotación sostenible. Se llegó a un techo de más de 100 millones de toneladas. Esto sucede porque a la hora de implementar el manejo de los recursos hay intereses políticos y socioeconómicos que impiden llevar adelante mejoras", señala Defeo, que se declara "esperanzado" de que su proyecto traiga "importantes avances en la región".
La iniciativa contiene tres aspectos fundamentales. El primero es instaurar un co-manejo de los recursos pesqueros, por el cual el Estado y los pescadores deberán trabajar juntos para gestionar la explotación de los recursos. En segundo lugar se insta a evaluar los efectos del cambio climático. "En las aguas del Pacífico y del Atlántico se ven mortalidades masivas de almejas. No sabemos por qué y es necesario estudiarlo", ejemplifica. El tercer punto consiste en fomentar una red latinoamericana de científicos para llevar adelante la idea en el continente.
Tres años tiene Defeo para lograr su cometido. Además de los 150.000 dólares del Pew, la acción que lleva adelante desde la Dinara cuenta con el poyo del Fondo de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Fondo Mundial para el Medioambiente (GEF).
La idea central es generar zonas donde la pesca artesanal opere de manera exclusiva. Al mismo tiempo se busca que los pescadores industriales minimicen el descarte para generar aspectos positivos en el ecosistema. "Esto no es fácil, pero es uno de nuestros principales objetivos. Por un lado contamos con el apoyo del Estado, hay una voluntad política para que salga adelante; y por otro, la cámara industrial de Pesqueros del Uruguay conoce la iniciativa y la avala", asegura Defeo.
Pasión. El despertador suena temprano en la casa de Malvín del científico uruguayo de 49 años. Allí vive junto a su esposa, sus dos hijos varones y sus suegros. Apenas pasadas las siete Defeo ya debe estar en la parada de ómnibus para tomar el D1 que lo llevará al centro de la ciudad. Durante doce horas se trasladará varias veces desde la Facultad de Ciencias a su laboratorio en el edificio de la Dinara.
"Trabajo, familia, amigos y estudiantes: estas son las cosas que me apasionan y a las que les dedico todo mi tiempo. Uno llega a una altura de la vida en la que intenta dejar lo mejor que pueda para el país, tanto en lo que tiene que ver con el trabajo que uno desempeña como en los recursos humanos que prepara para el futuro", señala.
En 1979, a sus 19 años, y antes de obtener su licenciatura en Oceanografía Biológica, Defeo comenzó a estudiar el trabajo de los pescadores artesanales. "Aprendí más de ellos que de muchos profesores, pues son los que más saben de los recursos", confiesa. Tras graduarse trabajó en el Instituto Nacional de Pesca (Inape) -antigua Dinara-. Después decidió viajar a Chile para estudiar en la Universidad Católica. Allí realizó experimentos de co-manejo junto con pescadores locales. Luego viajó a México donde obtuvo el título Doctor en Ciencias Marinas en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados de ese país. "Hace pocos años volví a Uruguay, pues percibí que la ciencia volvía a ocupar un lugar importante a la hora de tomar decisiones sobre el manejo de recursos", cuenta Defeo. Su amplio currículum fue el que le permitió ganar el Pew, pues el comité internacional evalúa tanto la propuesta como la experiencia de quién la presente.
Pero no es este el único trabajo que desvela a Defeo. "También estamos desarrollando un programa de estrategias para el manejo ecosistémico de las pescaderías del Uruguay (ver aparte). La idea, igual que con el proyecto para mariscos, es explotar sin perjudicar el hábitat y la biodiversidad", relata el galardonado científico.
Defeo también obtuvo en 2009 el Morosoli de plata a la investigación fundamental. Sobre este premio dice: "Me dejó tan orgulloso como el Pew. Para mí que viví mucho tiempo en el exterior es muy importante ser reconocido por mis pares, por el país que tanto quiero".
Proyectos para evitar depredación
"No podemos darnos el lujo, teniendo pescadores artesanales en una situación económica bastante difícil, de conservar por conservar. Hay que lograr una convivencia entre las estrategias para evitar la depredación y al mismo tiempo explotar los recursos en forma sostenible", afirma Omar Defeo al explicar el proyecto Áreas Marinas Protegidas en Uruguay. Hacia un Manejo Ecosistémico de Pesquerías.
La iniciativa, que comenzará a realizarse en 2010 en cinco centros piloto (San Gregorio de Polanco, Santa Lucía, San Luis, Punta del Diablo y Chuy) se basa, igual que el programa sobre mariscos que llevó a Defeo a ganar el premio Pew 2010, en tres puntos: El co-manejo de los recursos entre los pescadores y las autoridades, la creación de zonas protegidas a la explotación y el cuidado de las especies que viven junto a los recursos explotados.
La propuesta que Defeo lleva adelante desde su laboratorio en la Dinara ya obtuvo la aprobación de esta institución y de la Universidad de la República. Y será financiado por el Fondo Mundial para el Medioambiente (GEF, por sus siglas en inglés) que otorgó un millón de dólares para los gastos necesarios de aquí a dentro de tres años. La FAO también interviene de manera directa y un experto de esta organización internacional trabaja para lograr el objetivo desde la Dinara.
"Es importante entender que no solo la comunidad científica, sino también la sociedad, debe concientizarse que lo mejor para nuestro país es explotar sin depredar. Esto es algo que agradecerán nuestros hijos y nietos", sostiene Defeo.
miércoles, 17 de marzo de 2010
Vida marina en riesgo a causa del hierro
Fertilizar los océanos con hierro para que absorban dióxido de carbono podría hacer que aumenten las concentraciones de una sustancia química que puede matar a los mamíferos marinos, según un estudio.
El hierro estimula el crecimiento de las algas marinas que absorben CO2 del aire y hay quienes consideran que este método podría ser una solución al problema del cambio climático.
Ahora los investigadores demostraron que las algas aumentan la producción de un veneno que puede matar a los mamíferos y a las aves.
Esta idea, dicen los expertos que presentaron sus hallazgos en la publicación Proceedings of the National Academy of Sciences, "resulta preocupante".
Resultados mixtos
La toxina -ácido domoico- despertó el interés de los científicos por primera vez a fines de los '80, cuando se descubrió que causaba envenenamiento en mariscos.
Es producida por el alga del género Pseudonitzschia, y las concentraciones aumentan rápidamente cuando el alga crece.
Cuando está presente en el mar, se detiene la pesca de mariscos.
También se le atribuye al ácido domoico el incidente ocurrido en 1961, cuando una banda de aves marinas atacó la ciudad de Capitola, en California, Estados Unidos, un evento que algunos creen inspiró a Alfred Hitchcock para su película "Los pájaros", basada en la novela de Daphne du Maurier.
Más hierro, más ácido
En la última década, cerca de 10 proyectos investigaron la fertilización con hierro con distintos resultados.
Costa
Desde el aire se puede ver en azul claro dónde crecen las algas.
Sólo dos de ellos midieron la producción de ácido domoico, explicó William Cochlan, de la Universidad del Estado de San Francisco, un científico involucrado en un nuevo proyecto.
"Teníamos una serie de objetivos en este trabajo, pero uno de ellos era preguntarnos: '¿Es común encontrar especies de algas que producen ácido domoico? ¿Están produciendo ácido domoico? ¿Y el hierro estimulará su producción?'", dijo Cochlan.
Los estudios llevados a cabo en la estación oceánica de Papa, una plataforma de investigación en el noreste del Océano Pacífico, respondieron "sí" a estas tres preguntas.
El tipo de alga pseudonitzchia estaba presente, produciendo ácido domoico y los experimentos demostraron que la producción de este ácido aumentó durante la fertilización con hierro y cobre.
Asimismo, ante la presencia de estos minerales, el alga pseudonitzschia creció más rápido que las demás.
Los niveles de ácido domoico en aguas enriquecidas con hierro eran iguales a los que causaron envenenamiento en mamíferos en aguas costeras.
Fenómeno corriente
Alisa Hall, vicedirectora del Instituto de Investigación de Mamíferos Marinos de la Universidad de St. Andrews en Escocia, señaló que el envenenamiento por ácido domoico era algo corriente en algunas partes del mundo.
Investigadores
Los expertos dicen que es crucial analizar el efecto del hierro en la vida marina antes de continuar con los estudios.
"Desde 1998 hemos visto episodios de ataques y mortalidad masiva en leones marinos en la costa oeste de Estados Unidos", dijo Hall.
La toxina se acumula por ejemplo en los peces, aunque estos son inmunes.
"La hemos visto en focas, pelícanos, marsopas, depende de cuánto coman, pero si un león marino o un pelícano consume una buena cantidad de anchoas contaminadas, eso sería suficiente", le dijo Hall a la BBC.
Aún se desconoce el efecto del ácido domoico en otras especies, pero sería razonable pensar que podría afectar también a los mamíferos marinos como las ballenas.
Impacto
Lo que no está claro es si la fertilización con hierro se empleará o no para "solucionar" el problema del cambio climático.
Leímos información que decía que 'no hay evidencia de intoxicación en la vida marina'. Pero claro, si no se mide, por supuesto que no va a haber evidencia
William Cochlan, Universidad de San Francisco
La investigación más reciente -llevada a cabo el año pasado- concluyó que a pesar de depositar seis toneladas de hierro en el Océano Antártico fue muy poca la cantidad de CO2 que se retiró de la atmósfera.
En opinión de William Cochlan, el impacto que esto pueda tener en la vida marina es algo que los reguladores y los científicos deben tomar en cuenta antes de permitir que continúen investigaciones sobre el tema y antes de que la fertilización se ponga en práctica.
"Leímos información que decía que 'no hay evidencia de intoxicación en la vida marina'. Pero claro, si no se mide, por supuesto que no va a haber evidencia".
"Si el objetivo es utilizar este método para combatir el calentamiento global tenemos que entender las consecuencias para la vida marina", concluyó Cochlan.
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Riachuelo: malas decisiones
Raúl A. Estrada Oyuela
Para LA NACION
La sentencia de la Corte Suprema de Justicia del 8 de julio de 2008 ordena a la Autoridad de la Cuenca Matanza-Riachuelo (Acumar) recomponer el ambiente de la cuenca en todos sus componentes: agua, aire y suelos. Al cabo de un año, poco se ha hecho en materia de suelos, más allá de limpiar superficialmente algunos basurales clandestinos. Con respecto al aire, sólo se llamó a licitación para adquirir equipos con el fin de medir, en el futuro, su contaminación. En lo que se refiere a las aguas, se han hecho muestreos y mediciones que confirman lo que se viene sabiendo desde hace décadas. A pesar de ello, la Acumar ha dictado la resolución 3/2009, que hará perdurar la peor situación en toda la cuenca, porque establece como objetivo de mediano y largo plazos un estado peligroso de contaminación, que parece el opuesto a la acción de recomponer.
La ley 26.168, de creación de la Acumar, promulgada en diciembre de 2006, dispone que el organismo presente informes anuales al Congreso, pero hasta el presente no lo ha hecho. Sería conveniente que el Parlamento fuera cabalmente informado sobre cómo la Autoridad de la Cuenca ha unificado el régimen de vertidos de efluentes al cuerpo de agua, porque podrá comprobar que no se han adoptado las medidas para recomponer la cuenca. La resolución 3/2009, de mayo último, establece parámetros que no permitirían la vida de los peces. Expresa que no habrá restricciones para los compuestos nitrogenados ni para el cromo, el plomo, el cadmio, el mercurio y el arsénico. El cobre y el zinc ni se mencionan.
La Acumar justifica esos parámetros desastrosos alegando que las aguas de toda la cuenca serán usadas solamente para "actividades recreativas pasivas". Esa categoría no existe en las guías de la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Nación ni en ninguna otra regulación en el mundo, según lo ha reconocido la misma Acumar en su presentación ante el juez federal de Quilmes, responsable de la ejecución de la sentencia de la Corte. La Autoridad de la Cuenca define las "actividades recreativas pasivas" como el "disfrute estético" y las sendas para caminatas y ciclismo, pero, a la vez, permite que el 90 por ciento del tiempo las aguas estén cubiertas con una película de grasas y aceites que difícilmente agregue atractivo estético. La decisión no ha sido consultada con quienes viven en la cuenca ni invoca respaldo científico expreso.
En realidad, la determinación de estos estándares es consecuencia lógica de dos resoluciones anteriores de la Acumar: la resolución 1/2007, que establece una tabla consolidada para la descarga de efluentes líquidos en la cuenca, y la resolución 1/2008, sobre definición y registro de agentes contaminantes.
La primera de esas resoluciones establece parámetros sobre el contenido contaminante que podrán tener los efluentes. Son, en general, altos. Por ejemplo, 0,5 mg de arsénico por litro y 0,1 mg de plomo por litro. Pero peor aún es que limita el total de litros que se podrán descargar. Bastará diluir con más agua de pozo para descargar más contaminante: la masa total de plomo, arsénico, cadmio, cobalto, mercurio o zinc que se puede volcar es infinita. El vuelco de coniformes fecales es libre, pero "se controlará su concentración a 500 metros de un balneario", como si hubiera alguno en el Riachuelo. Tampoco distingue áreas de vuelco en las que puedan concentrarse varias fuentes, ni considera la capacidad de procesamiento del cuerpo receptor ni el efecto combinado que puede producir la suma de distintos contaminantes. Por estas razones, la resolución 1/2007 fue objetada por el defensor del pueblo de la Nación.
La segunda resolución debe servir para definir qué es un agente contaminante y establece que la decisión recaerá en el presidente de la Acumar, que es el secretario de Ambiente. De los 40 parámetros indicados en la primera resolución, sólo 24 se toman en cuenta para la definición, porque esta segunda no considera, entre otros, el aluminio, el bario, el boro, el cloro libre, el cobalto, el cobre, el hierro soluble, el níquel, el plomo, el selenio y el zinc, ni toma en cuenta la temperatura del efluente. Esta resolución 1/2008 también fue objetada por el defensor del pueblo.
Con estas liberalidades para el vuelco de efluentes, solamente es viable una total ruina de las aguas como la que propone la resolución 3/2009. Además, esa situación ruinosa se extiende libremente a todo el curso de la cuenca, aunque en algunos parajes aguas arriba la situación actual pueda ser levemente mejor.
Por eso es que las decisiones adoptadas hasta hoy por la Acumar sobre la calidad de las aguas en la cuenca Matanza-Riachuelo tienden a hacer perdurar la situación actual. Con las aguas contaminadas, será muy difícil mejorar el aire o el suelo.
El autor es presidente de la Academia Argentina de Ciencias del Ambiente.
martes, 16 de marzo de 2010
Mujica recordó la idea de un puerto regional
El primer mandatario, José Mujica, afirmó en su audición diaria de M24 que es un deber "ayudar a dos hermanos a que puedan tener una salida al mar, utilizando nuestra ubicación", en referencia a Bolivia y Paraguay. "Tenemos que seguir ofreciéndole la cabecera hacia el Atlántico y hacia el mundo que es una necesidad para que esas arterias puedan respirar la economía y el trabajo de los hombres", indicó Mujica, al tiempo que planteó la idea de la creación de un puerto regional para Uruguay y los países vecinos.
"Se ha hablado mucho del puerto de aguas profundas. Por donde aparece no lo podemos decidir hoy, hay variables. Lo que estamos señalando es una especie de variable ideal que en el peor de los casos nos coloca diplomáticamente en un buen camino. Esto en el peor de los casos. En el mejor de los casos esto nos puede dar a la región un saldo enormemente positivo", expresó Mujica.
Sobre este tipo de colaboración se refirió esta mañana en Radio Carve el Ministro de Relaciones Exteriores, Luis Almagro, cuando dijo que "Chile puede constituirse una importante salida al Pacífico para la producción uruguaya, y Uruguay puede constituirse una importante salida de la producción chilena por el Atlántico".
El País Digital
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos acaba de prohibir la pesca comercial del krill en las costas de California, Oregón y Washington (EEUU). La ley entrará en vigor tan pronto como el próximo 12 de agosto. Los científicos marinos han aplaudido la noticia, dada la vital importancia de estos pequeños crustáceos para mantener la cadena alimentaria en el mar.
"El krill es la base para la salud de los ecosistemas marinos", dice Mark Helvey, administrador asistente regional para las pesquerías sostenibles del Servicio de Pesca de la NOAA. "Proteger este recurso alimentario vital ayudará a proteger y mantener recursos", añade.
Los tres estados afectados ya tenían una regulación que prohibía la captura de krill más allá de tres millas náuticas de sus costas, pero no entre las tres y las 200 millas que delimitan la Zona Económica Exclusiva (ZEE), es decir, en las aguas donde dichos estados tienen derecho a la explotación comercial. Ésta es la primera restricción federal que prohíbe esta práctica en toda la ZEE.
El objetivo es preservar las relaciones nutricionales clave en los ecosistemas californianos, que incluyen cinco santuarios marinos nacionales. "Es un gran éxito", declara William Douros, director regional de la costa oeste para la Oficina de Santuarios Marinos Nacionales de la NOAA.
La ley abarca todas las especies de krill, que han pasado a ser clasificadas en una nueva categoría, la de "especies prohibidas para la pesca".
Estos pequeños crustáceos, cuyo tamaño varía según la especie, son importantes debido a que se encuentran en la base de la cadena alimentaria. Se nutren de fitoplancton (algas microscópicas), muy importante para sanear el mar, y constituyen el alimento principal para un gran número de peces, aves y mamíferos marinos.
Algunas de las especies que dependen del krill están amenazadas, mientras que otras son de gran interés comercial en la costa oeste estadounidense.
viernes, 12 de marzo de 2010
Sistema Guaraní
el Sistema Guaraní se aloja en formaciones geológicas antiguas, correspondientes a los períodos Triásico, Jurásico y Cretácico Inferior, teniendo esas rocas edades entre los 200 a 132 millones de años. En esa época, en que aún estaban unidas África y Sudamérica, los depósitos comenzaron a desarrollarse en ambientes fluviales y lacustre conociéndoselos en la literatura geológica como formación Tacuarembó o también Piramboiá.
Luego, como resultado de un clima más seco, se desarrolló un gran desierto de arenas bien seleccionadas (semejante al actual Sahara) que también abarcó la región que nos ocupa de los 4 países, constituyendo posteriormente el acuífero principal del Sistema dentro de la formación geológica denominada Botucatú o Rivera.
Todos estos sedimentos abarcaron dentro de la Argentina: el litoral y región chaco pampeano norte y central resultando espesores variables entre los 200 metros y los 600 metros.
Luego de esta etapa, y a través de grandes fracturas profundas, todos los sedimentos anteriores fueron cubiertos por coladas de lavas basálticas, que acompañaron la separación entre los continentes mencionados, constituyendo la efusión basáltica de mayor extensión mundial comprendiendo un millón de kilómetros cuadrados en los 4 países del Mercosur. Esta efusión dejó volúmenes de rocas muy diversos: en Misiones más de 800 metros de espesor de coladas de lavas superpuestas, en la margen oriental entrerriana más de 600 metros, en tanto que la región chaco pampeana presenta escasos metros y con presencia irregular discontinua. El máximo espesor conocido de basaltos se registra en Brasil - Estado de San Pablo - con más de 1.900 metros.
Luego de todos estos eventos geológicos, que permitieron en ese entonces la depositación de más de 1.000 metros de espesor de rocas en toda el área, se comienzan a producir y reactivar fallas y estructuras geológicas que en muchos sectores alteraron el orden estratigráfico establecido, las orientaciones originales y las alturas, sumado todo ello a los procesos erosivos actuando durante varios millones de años y la conformación de depósitos más modernos producidos en el Terciario y Cuaternario.
En ese escenario, considerado geológicamente casi final, y muy parecido al actual, las rocas más permeables que afloraban comenzaron a llenarse de agua por infiltración desde la superficie (producto de las lluvias y ríos), circulando muy lentamente - en el orden de los pocos metros por día - desde las áreas de afloramiento (áreas de recarga) hacia las de hundimiento y confinamiento (áreas de tránsito y descarga). Este proceso comenzó en gran escala hace más de 20.000 años (cuando en las pampas vivía el gliptodonte y en Europa el homo sapiens habitaba en cavernas
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