La División de Turismo de la Intendencia de Canelones afirmó a EL PAÍS digital que la presencia de algas tóxicas en las playas de ese departamento más cercanas a Maldonado (Jaureguiberry, San Luis, Bello Horizonte, Guazuvirá) disminuyó. "Ha cambiado un poco el viento y la entrada de agua, (por lo que) ha descendido, pero todavía se mantiene alguna cantidad", explicó Susana Prats, titular de la dirección antes mencionada.
La jerarca señaló que este fenómeno "fue una continuidad de lo que ocurrió en Montevideo", ya que semanas atrás, la capital se vio invadida por estas algas y la recomendación de no bañarse se hizo pública.
Este fin de semana, que coincide con un gran flujo de turistas por el final de Semana de Turismo, estas raras especies amenazan en la franja costera de Canelones.
Si bien el baño no está prohibido, la comuna y los guardavidas recomiendan no bañarse y si lo hace, debe extremar las precauciones para no ingerirlas, ya que pueden producir alergias y gastroenterocolitis.
Según se pudo constatar, en Atlántida, por ejemplo, la bandera colocada por los guardavidas es la amarilla. Leonardo Herou, director de Gestión Ambiental de la Comuna Canaria, dijo a EL PAÍS digital que "la bandera hace referencia a la seguridad del mar" y los funcionarios tratan de que el bañista "busque una zona donde en lo posible se evite el contacto con las algas".
Las algas no son tóxicas al contacto con la piel, aunque se recomienda que una vez finalizado el baño, la parte que las haya tocado sea lavada con mucha agua.
Herou informó que se trata de "cianobacterias que se dan especialmente en épocas de mayor calor". Producen un intenso olor nauseabundo al quedar en la arena y tiñen el agua con un fuerte color oscuro.
En tanto, Prats indicó que hasta el momento no hay personas afectadas por las toxinas liberadas por estas especies, pero llamó a tener "cautela".
Además, indicó que los técnicos de Gestión Ambiental están en contacto con los guardavidas para informar sobre los riesgos de las algas y señaló que a partir del lunes se harán análisis de algunas muestras.
El País Digital
El director nacional de Energía, Ramón Méndez, dijo en No Toquen Nada (Océano FM) que la energía elólica que se genere en el país puede ser del mismo nivel que la hidráulica. El jerarca destacó que un tercio de la energía eléctrica que se consume en los hogares uruguayos es utilizada para calentar agua.
La información surge del primer estudio sobre consumo de energía en Uruguay, que presentó la semana pasada la Dirección Nacional de Energía y Tecnología Nuclear. En el mismo sentido, está pronto un decreto redactado por ese organismo -junto al Ministerio de Economía- donde se establecen exoneraciones tributarias para la generación de energía de fuentes renovables no tradicionales. Allí se proponen beneficios impositivos para aquellas empresas que incursionen en el negocio de la generación no tradicional de energía.
“Es una de las tantas herramientas que hemos ido diseñando a lo largo de este período, pero en particular esto surge del juntar la política energética con la política industrial”, comentó Méndez en No Toquen Nada. “Son exoneraciones muy importantes. Posiblemente, muy posiblemente van a venir al país inversiones importantes”, agregó.
Méndez explicó que el hecho de calentar agua con la energía solar puede asimilarse con la situación de “tener una manguera tirada en un jardín o abrir una canilla al mediodía y encontrarnos con que el agua está muy caliente”. Para explicar el mecanismo, dijo que sería como “un tubito -con forma de serpentina- de cobre colocado dentro de dos paneles de vidrio y eso en una especie de efecto invernadero. El agua circula por la serpentina, se calienta por la energía del sol y va a parar a un calefón, por ejemplo”.
La energía hidráulica puede considerarse “una ventaja o un dolor de cabeza”, enfatizó el director de Energía. “En Uruguay estamos malacostumbrados, entramos en pánico cada vez que deja de llover porque no tenemos energía, como si la única forma de tener energía fuera depender de las lluvias”, manifestó, al mismo tiempo que adjudicó esa “mala costumbre” a que “históricamente en este país no había previsión ante la ausencia de lluvias, no había un plan B”.
Señaló que en Europa, menos del 20% de la electricidad viene de las energías renovables.
Hoy en día, afirmó, no hay inconvenientes en el abastecimiento. De todas formas, en referencia a la cantidad de agua que corre en los ríos del país, aseguró que de los últimos cuatro años, “tres fueron los peores en la Represa de Salto Grande”, de acuerdo a los registros que existen desde principios del siglo pasado.
Mapa eólico
Méndez adelantó en No Toquen Nada algunos datos del informe que se presentará a fin de mes, donde se informará acerca del mapa eólico del país. “El potencial eólico de Uruguay es, al menos, del orden del potencial hidráulico”, afirmó, al mismo tiempo que dejó claro que “no es necesario que el país se llene de molinos”.
La intención es que la generación eólica se multiplique por seis, lo que se hará mediante una licitación que se lanzará en breve.
“Entre el 60 y el 70% de la energía que utiliza Uruguay no es renovable. Es una muestra de una falta de planificación histórica que ha tenido el país”, indicó.
Por ejemplo, dijo que en Uruguay se utiliza mucho la leña, lo que tiene “un impacto importante en la matriz energética del país”. Los usos más frecuentes se dan en la calefacción o en las industrias: un 15% del consumo de energía primaria del país proviene de la leña. “Con la cantidad de leña que se consume para hacer un asado, deberíamos poner un impuesto”, dijo en broma.
Al finalizar el año, se sabrá con exactitud cuál es el porcentaje de generación eléctrica renovable no tradicional. Méndez estima que rondará el 6% y que va a provenir del viento y de la biomasa.
En cuanto a la eólica, hay un parque privado en Rocha y otro en la Sierra de los Caracoles en Maldonado, propiedad de la UTE. “Es un parque pequeño, pero es suficiente para darle electricidad a una ciudad como San Carlos”, indicó.
Con respecto a la biomasa, Méndez dijo que hoy en día hay cinco o seis emprendimientos que están funcionando de esta forma. Explicó que “el más notorio es Botnia, donde se quema el licor negro -que es un residuo del proceso industrial- y eso le sirve para sus propias necesidades energéticas” de esa industria.
El director de Energía se lamentó de que en Uruguay no haya coordinación entre distintas empresas para la generación de energía. “Por ejemplo, lo del gas natural fue un bluf. El gasoducto costó cinco millones de dólares, tiene capacidad para mandar hasta ocho millones de metros cúbicos de gas y nunca pasaron más de 400.000”, explicó.
Fuente - www.geaconsultores.com
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